miércoles, septiembre 27, 2006

La Fábula del Bonsái Gigante

"Durante aquél verano donde los telégrafos se ponían de moda, el inocente anciano emprendió su última oportunidad de lograr una vida mejor animándose a vender frutos en el nuevo mercado del parque. La gente se acercaba tímidamente al improvisado puestito cautivados por el agradable aroma que brotaba de allí y tras una breve degustación lo colmaban de sinceros halagos y se comprometían a regresar. La demanda era mucha, las familias lo adoraban y él comenzaba a sentirse querido. Al correr de los días la curiosidad colectiva aumentaba y empezaron a consultarle acerca del origen de este sabroso fruto. Esto generaba incomodidad en el anciano que sólo aclaraba con pocos detalles que provenía de su “bonsái gigante”.

Cada tarde al acabarse la mercadería se quitaba el delantal y regresaba en su bicicleta hacia la antigua cabaña de troncos donde vivía desde hace varios años. Pero esa noche fue diferente, no pudo dormir pensando sobre que dirían sus clientes y colegas cuando supieran toda la verdad.
Finalmente comprendió que el momento algún día llegaría.

A la mañana siguiente se sorprendió al salir de su casa en dirección al mercado. Llegando a la esquina una muchedumbre lo esperaba ansiosos por ser invitados a conocer el misterioso árbol. El anciano aceptó llevarlos.

Durante el trayecto la multitud lo rodeaba con entusiasmo y alegría. Él les retribuía el afecto compartiendo los frutos que llevaba consigo. Una muchacha se ofreció a llevarle la bicicleta y otra lo ayudó con las bolsas. Un enérgico grupo de niños aplaudía improvisando cánticos en honor al bonsái. Era un momento especial para el hombre que lucía emocionado y lleno de satisfacción, aunque no podía evitar pensar en las espectativas generadas y la posible desilusión de quienes lo acompañaban.

Cruzando un arroyo ubicado detrás de la cabaña, llegaron al monte donde moraba el insignificante bonsái rodeado de flores silvestres en un paraje desolado.

El público frenó sus pasos con asombro y algunos dejaron de sonreír, otros continuaron aplaudiendo y los más pequeños festejaban en rededor. Varios se acercaron ansiosos pidiendo cortésmente que les permitiera probar sus frutos. Él aceptó despreocupado. En pocos minutos las ramas del árbol estaban casi vacías y la gente no tardó en sentir la decepción en sus bocas. El sabor de los frutos no era el mismo que en el mercado y sinceramente el árbol ni siquiera era grande. No se enojaron con el viejo y, aunque los desconcertaba la enorme diferencia de lo que creían conocer, nadie le cuestionó.

Con el tiempo otras personas visitaban el monte con curiosidad y se retiraban luego de obtener el mismo efecto.

A pesar de lo sucedido la comunidad siguió comprando los frutos del bonsái en el mercado y felicitando al anciano por su labor, pero en el monte el árbol era cada vez menos frecuentado y meses después sólo recibía en sus ramas a criaturas salvajes del monte.
El invierno siguiente un leñador llegó al mercado y admitió al viejo su interés por el famoso árbol ofreciéndole una considerable suma a cambio, que el anciano aceptó complacido. Trás seguir las precisas indicaciones el leñador arribó al monte y en ese instante el cielo se tornó gris. Tomó el hacha con determinación y cortó al árbol en pedazos, llevó la madera a su taller y confeccionó una gran variedad de sillas ergonómicas que luego vendería en la feria, obteniendo una buena ganancia y cumpliendo el mayor anhelo del viejo bonsái: que la gente se sienta bien. "

Erasmo, de Bonsai Gigante.


Ya sé. A primera vista puede parecer que esta fábula no es nada del otro mundo, pero a mí me hizo pensar. Sobretodo la última frase...

Tal vez sea cierta esa afirmación, puede que suen un poco "intenso" pero creo que desde que cuido (o lo intento) a estos engendros botánicos me siento más responsable (aunque sea con afán destructivo bwahhh ha ha ha!!)

PD: Bonsai Gigante es un blog "peluliar"... igual te encuentras photoshopeadas que comics que animaciones que textos que citas... os recomiendo echarle un ojo.

PD2: este post es el primero de varios en la misma línea. Últimamente estoy leyendo muchas cosas interesantes sobre bonsáis, y no tanto a nivel de cuidados / creación sino de sus significados.

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4 Cometarros:

At septiembre 29, 2006 2:09 p. m., Blogger PULGARCITO said...

Oh dios mio!!!! esto cada vez es mas friki!!!!

 
At octubre 01, 2006 2:14 p. m., Blogger hellsamu said...

joe, esto no es friki, es una fabula, un cuentecito...
y bastante chulo la verdad...
...
...
aunque es un poco rara la verdad, jeje

 
At octubre 02, 2006 10:12 a. m., Blogger Basterrak said...

:(

es porque soy negro, verdad?

jeje, nosé, la vi por ahí y me hizo gracia

 
At octubre 02, 2006 4:21 p. m., Blogger Nixarim said...

oye, pues está chula :)

aunque el abuelete que vendía los frutos fijo que les metía edulcorantes o cosas de esas para que supieran bien. Pero fijo fijo...

 

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